Solo un ser humano.

Solo soy un terrenal humano
que contempla las estrellas del cielo
incapaz de atrapar sus luces con mis manos.

Solo soy un temporal humano.
 Lloraré mis últimos minutos de amor
y lloro los minutos de los que  por mi vida han pasado.

Solo soy melancólico humano.
Aprendiz del dolor y lágrimas.
Supeditado de cuerpo y alma atribulados.

Solo soy humano.

Pero en noches como estas,
y en otras noches.
           
Río a carcajadas y escribo al sonoro compás del viento
a la luz de la luna o a la luz de un flexo que...

Gracias a que solo soy un humano
puedo ser inspirado por el viento mas exánime
convertirlo en tempo de bailes y ser enamorado.

Gracias a que solo soy un humano,
puedo oler las primaveras,
tener el control del tiempo que me lleva
y extasiar mi corazón cuando estoy a tu lado.

Gracias a que solo soy humano,
puedo vivir momentos,
olvidar y retener conocimientos.
Puedo abrazar y sentir un corazón latiendo.

Gracias a que solo soy humano,
                      puedo sentir.


Miguel Molina Aguilera.

Musas de colores

Ya llega la noche, la soledad la marca,
y mi alma es receptiva.
Ya llega la noche, el silencio canta
y mi alma armoniza con el cuerpo que habita.

Mi hemisferio derecho se eleva
a un universo de sentimientos y pasiones
y es entonces cuando surgen en mi mente
 mil y un versos de colores.

Soliloquio y busco el verso adecuado,
adecuo las pabras al verso cifrado.
El alma del verso busca el color electo
para que mi alma se excite con el pareado.

Mi cuerpo reacciona ante las exitaciones
De mi mano brotan tintas de colores.
Mi folio es salpicado por el arcoiris,
y en él quedan plasmasmadas mis inspiraciones.

Miguel Molina Aguilera